METÁFORAS Y PARADIGMAS


                                   
                    
                                                  (CCE-Loja 2005-Mención de Honor
                                                        "Festival Binacional de la Lira y la Pluma-2005")



RESIDENCIA INEFABLE

A todos quienes
me abrieron la posibilidad
de ser poeta.





  De azul y nieve antigua el corazón del día,     
fulgurante en el Tiempo sus cálices aflora;    
irradiando de luces, sin mácula, la cima         
 embelleciendo el trino y el alma del que llora.

     Del tiempo que en el surco lanzado fui, semilla,
el Porvenir, galante, reposta esos albores;     
albores que se juntan en el agua y se ovilla   
        en la entraña del Hombre, donde nacen las flores.

...Albores resurgentes, a pesar de la grima,     
      que se oculta en la noche y en su templo perdura.
     ¡Igual que un Nazareno, lo mismo que la encina:
 sobre el árido suelo, germinando Dulzura!...  

¿Acaso no es la Vida una estrella en lo alto,   
salvando precipicios que intentan ahogarla?...
¿Acaso no es la cruz de herida y sobresalto,   
   la fuente del Amor,... difícil de apagarla?...       

Entonces la Ternura, se vuelve abecedario,     
sin escoger del aire sino el sonido suave:         
       -de los campos, guirnaldas, cual mágico vestuario;
y del mar tormentoso, la salvadora nave.         




  Mil años, son tan cortos. Sin embargo, mis llagas
han sido reveladas sin dilatación ni enojos...      
   De los cuerpos, la muerte. De la tierra, las plagas.
Y del dolor humano, un tránsito de abrojos.       

Por eso es perdurable la obra redentora...           
Por ser lis desposado con la albura del vuelo:    
-¡...Estrella diluida de eternidad sonora,             
sobre la cruz sagrada del indefenso Cielo!...      

    Y así es como la esencia de Aquel late en la estela,
donde nace la Aurora y la Ciencia se expande;   
-donde el grano pequeño del sol nunca recela,     
y se convierte en árbol, en fruto y patria grande. 

Empero, ¡qué de grata vertió la Primavera         
sus tibias hojarascas al amparo del cirio!...         
Y ahora, tras los siglos de mansedumbre espera
sus alas renovar, su corazón de lirio...                




"...Con ese antiguo impulso que la fuerza sublima,
   en lámparas etéreas y cantos amorosos                     
¡Venciendo las distancias, el dolor y la espina.     
   Sembrando en cada pecho los astros más hermosos!

¡Señor!..., como a las flores ofrendas luz y aroma,
aviva en mis hermanos tu llama redentora.            
La blancura sagrada del trigo en su redoma,         
      que en Pan de Amor culmina, donde lo excelso mora.

¡Señor!..., haced del Canto la Ternura divina,       
que agite en los eriales tu inmensidad de fronda;  
donde la Paz alienta sus alas e ilumina                  
un rostro de azucena, un palomar que ronda.       

¡Señor!..., bajo tu mano concédenos la estrella,    
y el fuego inmaculado que derribe la sombra...     
   Lo mismo en lontananza que en la amarga querella,
para que viva el Hombre la gloria que te nombra!

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